La influenza es una enfermedad respiratoria contagiosa que puede llegar a presentar complicaciones graves, principalmente en personas que pertenecen a grupos de riesgo – tales como adultos mayores, enfermos crónicos y niños- llevando a una hospitalización o incluso la muerte.
El Dr. Michell Serri, infectólogo del HSJD, explica que la transmisión del virus de la influenza es similar al coronavirus y a otros tipos de virus respiratorios, y se produce principalmente por el contacto directo de una persona que está infectada y una susceptible de adquirir el virus, transmitiéndose al toser, estornudar o por secreciones nasales. “La influenza afecta tanto a los mamíferos como a los humanos y puede generar infecciones entre ambos que pueden llegar a generar pandemias como las que hemos tenido”, agrega el profesional.
En relación a los síntomas, el especialista sostiene que son variables. “Pueden ir desde un cuadro gripal leve hasta cuadros severos con insuficiencia respiratoria, incluso puede llegar a ser mortal”.
El Dr. Serri expone que lo más frecuente en la influenza es la fiebre, con temperatura que va por sobre los 38 grados; “tos seca generalmente, aunque a veces puede tener expectoración; dificultad respiratoria, que va a depender del tipo de paciente, principalmente personas con enfermedades crónicas; malestar general como dolores musculares, compromiso del estado general, fatiga y, en algunas personas, se pueden presentar síntomas gastrointestinales, como vómitos y diarrea”.
Frente cuadros respiratorios, el Dr. Serri recomienda consultar ante su aparición. “A pesar de que las variantes actuales del COVID-19 dan sintomatología respiratoria alta y la mayoría de los cuadros de influenza son de sintomatología respiratoria baja, de todas maneras, ante cualquier síntoma respiratorio debemos consultar a un médico para descartar ambas patologías e incluso el virus sincicial”.
Las medidas de prevención de esta enfermedad son las mismas que ya conocemos: estar en ambientes ventilados, lavarse frecuentemente las manos con agua y jabón o alcohol gel, el uso de mascarilla en lugares cerrados y, la más importante de todas, la vacuna. “Es la principal forma de prevención, la que debe ponerse todos los años, ya que el virus va mutando y debemos estar preparados para la cepa que va a circular”.
Para evitar esta situación, el Ministerio de Salud lleva adelante cada año la campaña de vacunación para la influenza, dirigida a los grupos de riesgo de la población, que incluye a personal de salud, personas desde los 65 años, enfermos crónicos, embarazadas, niños entre los 6 meses y los 5 años, funcionarios públicos, educadores, entre otros.
Si esta vacuna coincide con algunas de las dosis para COVID-19, no hay contraindicación para poner ambas el mismo día. “La campaña de influenza dura hasta el 16 de mayo, por lo tanto si corresponde cualquiera de las dosis de refuerzo para COVID, pueden aplicar las dos vacunas en distintos brazos o con una diferencia de 15 días entre una vacuna y otra”, finaliza el infectólogo.
