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En medio del desafío de entregar atención a los pacientes covid y de otras patologías que requieren de ventilación mecánica en la pandemia, los fonoaudiólogos son parte del equipo multidisciplinario que contribuyen en su preparación para la extubación y posterior recuperación de funciones como el habla, la respiración y la deglución “el abordaje es en una etapa inicial, cuando el paciente está intubado y se disminuye los niveles de sedación para el proceso de extubación, allí es cuando comenzamos nuestro trabajo”, comenta Ignacio González, coordinador de fonoaudiología en la Unidad de Paciente Critico (UPC).

En el 2020, el máximo de pacientes en ventilación mecánica fue durante junio donde llegamos a tener 96 personas en ventilación mecánica de manera simultánea. Mientras que en lo que va del 2021, la cifra ha fluctuado entre los 70 y 80 enfermo. Para prestar atención 13 profesionales -9 en jornada diurna y 4 en turnos los fines de semana- se organizan en las unidades de camas críticas, intermedias y de agudos donde en cada momento –según la evolución del paciente- se realiza estimulación para que la persona comience a mover las estructuras y tejidos que involucran la cavidad oral “labios, lengua, por ejemplo, a nivel motor, estimulamos la sensibilidad, cuando están con niveles de sedación muy alto se inhiben ciertos movimientos y también la sensibilidad disminuye lo que perjudica la respuesta”, explica González.

Lo anterior, con el objetivo que el paciente vuelva a “sentir temperatura, sabores, para comience a volver a tragar”. El fonoaudiólogo afirma que el tiempo que le dedican está relacionado con “fatiga de la persona y de cómo esté en las otras áreas” y profundiza “no sólo es la deglución, observamos cómo está en el área respiratoria, en la estabilidad hemodinámica, lo cual nos exige de un conocimiento integral, por eso conversamos con todo el equipo, médicos, enfermeras, TENS, kinesiólogos, terapia ocupacional, entre otros”.

El paciente cuando es extubado, primero va a un servicio intermedio y luego a medicina. Los profesionales observan la respiración y si puede tragar saliva, tras 24 horas evalúan si puede ingerir alimentos. “Es volver a darle las habilidades, tanto a nivel muscular como sensitivo. La estimulación involucra la estructura de la boca, de la laringe, a nivel muscular exterior, lo anterior tiene impacto en los músculos más pequeños de la laringe”.

“El ejercicio que nosotros hacemos para recuperar una función local, también va a servir para trabajar la musculatura y la sensibilidad para que pueda volver a comer. Todo está unido, porque son las funciones que tiene la laringe”, concluye Ignacio González, coordinador de fonoaudiología en la Unidad de Paciente Critico (UPC).

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