El aporte de nutrientes en el paciente crítico, de acuerdo a la condición metabólica y su estado fisiológico, es fundamental para su evolución y recuperación. Durante la pandemia el equipo del servicio de Alimentación ha visto triplicada la demanda de nutrición enteral.
Rocío Uribe, nutricionista clínica, explica que gran parte de las personas que ingresan a la UPC tienen obesidad, lo que se traduce en que “tienen factores de riesgo asociados como diabetes e hipertensión y son considerados pacientes críticos donde la intervención nutricional ayuda a prevenir complicaciones asociadas a la malnutrición”.
Según la publicación en la Revista Chilena de Enfermedades Respiratorias de noviembre del 2020, en un estudio realizado a 172 pacientes con neumonía grave por covid, del Instituto Nacional del Tórax, observaron una alta prevalencia de sobrepeso y obesidad de los pacientes ingresados a la UCI, donde el 46% tenía sobrepeso, un 28,5% obesidad y un 6,9% obesidad mórbida.
Respecto al incremento de requerimientos en el servicio, Rocío Uribe afirma que uno de los desafíos ha sido la capacitación al personal de unidades que no estaban acostumbrados a manejar al paciente con soporte ventilatorio. “En pabellón los funcionarios estaban muy dispuestos al aprendizaje y proactivos. Cada vez que pasamos visita, los médicos nos preguntan cuál es la mejor fórmula para el paciente, se muestran muy interesados en nuestra experiencia”.
“Esta pandemia ha sido una oportunidad para mostrar nuestra labor y la complejidad que significa la nutrición. Hay una cantidad de trabajo detrás que no se ve”, expresa Uribe, quien menciona que el proceso de administrativo de las fórmulas enterales se efectúa en el Sedile-CEFE (Servicio Dietético de Leche) y (Central de Fórmula Enterales), desde donde se distribuye a los servicios clínicos “es tanto el movimiento de los pacientes de forma interna, que en el equipo nos comunicamos para saber dónde están y para supervisar que la fórmula que está recibiendo el paciente sea la correcta”, concluye.
