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Los chilenos y chilenas se han volcado a disfrutar del sol y de la vida al aire libre en este período estival. Lo importante es que esta exposición a los rayos ultravioleta sea moderada, ya que estas ondas electromagnéticas son beneficiosas para la salud en cantidades pequeñas, pero no en exceso,  al punto de que se produce una quemadura solar.

La Dra. Paulina Durán, médico del Servicio de Dermatología y Venereología del HSJD, dice que “si las medidas de precaución no fueron óptimas o sencillamente no las tomamos, vamos a llegar a tener una quemadura y nos daremos cuenta porque hay distintos signos cutáneos que se van a manifestar, como el enrojecimiento, dolor y aumento de la temperatura local”.

Agrega que esos signos vendrán acompañados de “dolor de cabeza, fiebre, malestar general y deshidratación, sobre todo en el caso de los niños, que tienden a deshidratarse más después de una quemadura solar”.

Por eso, la  especialista insta a usar un filtro solar con factor mínimo 30 en verano (cada cuatro horas, si es posible, o cada vez que se salga del agua), así como generar una hidratación previa a cualquier paseo. “En este tiempo la recomendación es que uno se hidrate, que sea riguroso en tomar agua, porque el cuerpo va perdiendo mayor cantidad de agua a través de la sudoración, entonces, es importante que si sabemos que vamos a estar expuestos, tomemos más líquido”.

Niños, adultos mayores y personas con fenotipo 1 y 2, (tez clara, pelo rubio o colorín, con ojos de color), son quienes tienen mayor riesgo de insolarse, así como pasa con algunas zonas del cuerpo más descubiertas, como recalca la profesional.  “Esto quiere decir el cuero cabelludo, la cara, el cuello, el escote, las orejas, las manos, los antebrazos”.

De igual forma, la Dra. Durán confirmó que las quemaduras solares en la infancia y adolescencia son acumulativas en el tiempo, aumentando el riesgo de sufrir algún tipo de cáncer cutáneo que, a futuro,  se manifiestan “por los cambios en los lunares preexistentes: en el color,  en la simetría, en el tamaño; o lunares de aparición reciente, que nos llevan a un cáncer de piel de tipo melanoma; ahora,  hay otros tipos también relacionados, que pueden tener lesiones un poco más enrojecidas, rosaditas, con una superficie un poco escamosa o heridas que la gente refiere que no le cicatrizan nunca y que también pueden ser cancerosas”, por lo que recomienda consultar a un profesional.

La dermatóloga finalmente entregó algunas recomendaciones para prevenir quemaduras solares: evitar tomar sol entre las 10:00 am y las 17:00 pm. (la hora de más calor y poder de los rayos UV);  hidratarse constantemente por las alzas  de la temperatura (ya  que el cuerpo  pierde mucha agua producto de la sudoración); proteger a niños y adultos mayores de la exposición solar (ya que tienen una piel más delicada); usar sombreros de ala ancha (para proteger el cuero cabelludo y las orejas); cuidar otras zonas expuestas del cuerpo como el cuello, la cara, el escote, las manos y los antebrazos; usar lentes oscuros con filtro UV (para evitar daños en la visión); y finalmente, usar ropa oscura (para repeler el paso de los rayos UV).

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