Cuando se conmemora el Día Mundial del Asma, se hace necesario concientizar a la población de las implicancias de esta enfermedad que afecta aproximadamente a un 10% de la población chilena.
El doctor Aníbal Henríquez, especialista broncopulmonar del Hospital San Juan de Dios, explica que se trata de una afección que se caracteriza por una inflamación crónica de las vías aéreas, produciéndose un estrechamiento de los bronquios, además de irritación y presencia de secreción bronquial. “Provoca síntomas respiratorios como sibilancia, también disnea, que es la sensación de falta de aire, generalmente frente al ejercicio. En la medida que la enfermedad progresa se va haciendo más evidente ante esfuerzos menores y más intensa. Asimismo, se presenta una tos que cambia en el tiempo y fluctúa en intensidad, precisa.
El especialista asegura que dentro de los principales factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad está la combinación de una predisposición genética junto con factores ambientales. “Esta patología puede ser gatillada por factores como el ejercicio, cambios climáticos, alérgenos, irritantes, infecciones o incluso el uso de algunos antiinflamatorios”.
“Lo fundamental en el asma es la historia, es decir, todo el diagnóstico lo haces porque la persona se queda de la sibilancia, se cansa, el pecho le suena, hay días que está bien y otros que no tanto… Entonces con esa historia puedes empezar a hacer un diagnóstico”, agrega el facultativo.
Esta historia es la que diferencia el asma de otras enfermedades respiratorias, como por ejemplo la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, EPOC. “Hay varias enfermedades que se caracterizan por presentar tos con expectoración y dificultad respiratoria. También pasa que uno de los síntomas fundamentales del asma es el cansancio, la disnea, y el compromiso cardiaco produce los mismos síntomas”.
¿Cuándo aparece el asma?
Si bien se trata de una patología que puede aparecer a cualquier edad, es más común que se haga presente durante la niñez, asociado a componente alérgico. En el caso del asma en edad adulta, se asocia a algunas enfermedades como la sinusitis o pólipos nasales; a hiperreactividad elementos relacionados con el ámbito laboral como la constante exposición a la harina, polvo de madera, compuestos orgánicos, entre otros. “Lo curioso es que cuando el asma se presenta en los niños, es muy probable que con el tiempo desaparezca, todo lo contrario de lo que pasa con los adultos”, afirma el Dr. Henríquez.
El profesional indica que el control es la clave para tratar y manejar el asma. “En general los tratamientos tienen una buena adherencia, por lo que implica la enfermedad, pero es clave llevar un tratamiento regular para controlarla. Igualmente hay que evitar sustancias alérgenas, mantener el ambiente libre de polvo, humo, pelos de animales, etc.”, puntualiza.