La Agrupación Cardioamigos cumplió 15 años y lo celebró como se merece. En el auditorio de la Biblioteca de Santiago, con cerca de 100 personas, y con la compañía del baile y de la música del Ballet Folclórico de la Ilustre Municipalidad de Llay – Llay.
A las 6 de la tarde comenzó la actividad que congregó a muchos pacientes cardíacos que han pasado por nuestro Hospital, y que de alguna manera retribuyen la atención dada con actividades y donaciones que ellos, con su esfuerzo, regalan al recinto.
Sillas para distintos servicios, desayunos en el mes del corazón, donaciones, entre otras. Son parte del Hospital y el propio Director Dr. Juan Mendoza, en una carta que caló hondo en el corazón de la agrupación, les transmitió el sentimiento que tienen los funcionarios del San Juan para con Cardioamigos, donde resaltó “la importancia del empoderamiento en temas de salud, donde generaron una solución que ha beneficiado a miles de socios y pacientes de este Hospital”.
Don Héctor (Lito) Carrasco, Presidente de la agrupación, resaltó la historia, desde cuando se juntaron en el año 2000 por la necesidad de comprar medicamentos para su enfermedad, los que tienen un alto costo y son muy escasos. “Fue así, como se corrió la voz, hasta que un laboratorio nos dijo que nos podían vender sus medicamentos a precio costo. Accedimos, arrendamos un espacio en el Hospital, y pusimos nuestro botiquín, que vende los remedios a precio costo a nuestros afiliados, y con un leve recargo para el público general”.
El evento continuó con la representación de los bailes típicos nacionales de las zonas norte, centro y sur, además de un paso por Isla de Pascua, todo esto a cargo del Ballet Folclórico de la Ilustre Municipalidad de Llay – Llay, compuesto por jóvenes de 10 años en adelante, quienes demostraron toda su destreza y pasión con cada pieza interpretada. El público reaccionó con mucha efusividad, aplausos y gritos pidiendo “otra, otra…” no se hicieron esperar.
El compromiso está hecho. Los amigos del corazón seguirán apoyando a quienes los necesitan y el San Juan de Dios seguirá siendo su segundo hogar.
