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arrugasEn esta época de verano, todos quieren lucir un bronceado fascinante y para ello usan cuanto producto existe en el mercado y se exponen horas a los rayos solares, sin pensar en las consecuencias que esto puede traer a su salud.

Para entender el daño que produce la exposición prolongada al sol, hablamos con el Dr. Enrique Morales, del Servicio de Dermatología del Hospital San Juan de Dios.

El galeno nos indicó que tanto las manchas, como los lunares que aparecen en nuestra piel están afectando cada vez más a personas jóvenes y esto se debe a que tienen mucha exposición al sol. Pero, el daño puede ser aún mayor y no sólo quedarse en un envejecimiento temprano, con aparición de arrugas y manchas en la piel, sino que la presencia y padecimiento de un cáncer a la piel.

Cáncer a la piel: son distintos tipos de cánceres, unos son más agresivos que otros y algunos cánceres son mortales y pueden matar en poco tiempo el elemento más importante es el diagnóstico temprano, ese es un elemento fundamental, mientras antes se diagnostique, más rápido podemos actuar. Si uno se observa algún lunar, que tenga cambios rápidos (en meses), cambios de color, de forma, de tamaño o se hace sintomático, sangra o duele; en primera instancia se debe visitar a un médico general y este decide la derivación a un especialista”, afirmó el dermatólogo, Dr. Morales.

Prevención.

  • Usar una crema protectora factor 30, todos los días del año (estamos expuestos a los efectos del sol, aunque esté nublado y lloviendo). Debe usarse cada 3 horas (8-11-15-17 hrs.).
  • Durante el día cubrir la piel, usar: sombrero, manga larga cuello cerrado, pantalón o vestido largo. (la ropa es un excelente protector solar).
  • Estar en lugar cerrado entre las 11 y 16 horas, son las horas más dañinas para la piel (Organizar las compras, paseos, trámites antes de las 11 o después de las 16 hrs).
  • Revisarse todo el cuerpo al menos una vez al mes, usar dos espejos para examinar la espalda).
  • El solárium está prohibido, si lo que quieres es cuidar tu piel del envejecimiento prematuro o el cáncer de piel.

Una persona que se expone mucho al sol, puede tener diferentes edades en su piel, es una buena forma de ver lo que nos produce la exposición al sol, hay partes de nuestro cuerpo que nunca han sido expuestas a los rayos solares o muy pocas veces, el cambio es abismante con la piel de nuestro rostro o nuestros brazos. Esto se puede comprobar en una persona adulta, al comparar manchas y arrugas de su antebrazo, versus la piel del abdomen.

La mayor absorción de rayos UV dañinos se produce entre el primer año de vida y los 18 años.

Siglos XVIII y XIX

Una piel bronceada es signo de salud y vitalidad. Pero no siempre ha sido así. Durante los siglos XVIII y XIX, era todo lo contrario. La tez bronceada estaba asociada a pobreza, suciedad y trabajo duro. Por eso, la belleza y la pureza estaban asociadas a la piel blanca e inmaculada. Para conseguirlo, mujeres y hombres usaban maquillajes a base de cal, plomo, arsénico y plata, que eran muy tóxicos y a la larga les provocaban problemas de salud, incluso la muerte.

Más adelante aparecieron los polvos de arroz, que simulaban también el tono blanco de piel y eran inocuos. Como podemos ver el cambio cultural de broncearse también lleva sus peligros, gracias a los avances en la medicina podemos evitar padecer problemas a nuestra piel y no gastar miles de pesos para evitar las arrugas o manchas, basta con tomar los cuidados anteriormente señalados y tendremos una piel más lozana y joven.

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