Por casualidad tomé un taxi y el chofer tenía puesta la radio y estaban dando la noticia de la vigencia de la ley del donante. Él me mira y me dice “ninguna ley sirve si no hacemos conciencia que la muerte es un cambio de estado y que el hecho de donar órganos nos ayuda a sobrellevar nuestro dolor, yo doné los órganos de mi hijo que murió a los cuatro años de edad y sé que gracias a eso hay cuatro personas que mejoraron su calidad de vida y muchas veces, tienen una segunda oportunidad de ser felices.”
Don Juan Carlos León, es miembro del Grupo de Apoyo Familiares de Donantes, trabaja como chofer, ésta es una agrupación que da soporte de ayuda sicológica y de acompañamiento a los familiares que han donado los órganos de sus seres queridos y hace diez años hacen una plantación de árboles nativos en el cerro blanco, para crear el bosque de los donantes.
Finalmente de lo que se trata es de un tema de educación y sensibilidad, hay que derribar los mitos, respetarnos y saber que no estamos solos en este mundo y que la pérdida de un ser querido, que no podremos recuperar no importa lo que hagamos, al donar sus órganos de alguna forma estamos dando vida o mejorando la calidad de vida de otras personas y quién sabe si el que necesitará un donante el día de mañana podemos ser nosotros.
- El pleno de la Corte Suprema modificó los requisitos que deben cumplir las personas que se niegan a ser donantes de órganos. Máximo Tribunal determinó que se puede realizar ante notario una declaración jurada simple y así remitirla al Servicio de Registro Civil e identificación.
Declaración jurada simple puede costar entre 500 a 800 pesos la copia.
Fuente: La Tercera
